miércoles, 3 de septiembre de 2014

Reflexiones sobre un montaje de Muñecos y D.D.H.H.

Reflexiones de estreno de nuestra obra  CONCIERTO PARA LA PAZ, en Villa Grimaldi.
Por Luis Weinstein

 Esta obra recuerda la ignominia de la tortura, es un gran medio educacional, mueve al compromiso". Luis Weinstein

"Esta obra de muñecos tiene el gran mérito de orientarnos en la realidad cotidiana, en el smog de la contaminación de pérdida de memoria, de trivialidad, de competencia, de la idolatría del dinero, de la ceguera ante la injusticia , de incapacidad de rescatar los lazos de humano a humano y de humano con la vida y la naturaleza.

El protagonista es el dolor. El dolor ante la inaudita inhumanidad que puede expresar el ser humano al practicar la tortura. El dolor por el sufrimiento de las víctimas. El dolor porque existió y existe la tortura

Cuando nada parece real, el dolor es el hilo de Ariadna que nos saca de los espejismos y nos integra, nos une al otro y a todos los pasajeros de la Tierra.

Es una obra en que la creatividad revive la memoria, alerta sobre los extremos a que puede llegar la negación de nuestra identidad como seres que coexistimos.

Los muñecos, sus hábiles conductores, el guión y el escenario se une para emocionar, para recordar, para facilitar el tomar conciencia y el comprometerse en el proceso que debe conducir a que la vigencia de los derechos y responsabilidades, las necesidades y las capacidades humanas guíe la humanización y detenga el camino que nos lleva a ser muñecos, sumidos en el consumo, la violencia, la desigualdad y la marginación con la naturaleza.



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